Desde principios del presente año, asistimos con preocupación a la
voluntad del Ministerio de la Seguridad Social de ampliar la
colaboración de las mutuas con los servicios públicos de salud, en esta
ocasión en la atención médica de las bajas de incapacidad de origen
traumatológico.

En el PCPV creemos firmemente en la defensa a capa y espada de los
servicios públicos, ya nos parece una anomalía per se el sistema de
mutuas colaboradoras con la Seguridad Social. La defensa de la salud,
ya sea en ambiente laboral o no, es algo que debería ser de gestión
completamente pública y no estar sujeta a las arbitrariedades del
beneficio económico, ya sea por parte de una aseguradora o por parte
de la patronal.

Afirmar que, aunque las mutuas sean privadas, forman parte del
sistema público de salud por ser financiadas con las cotizaciones de
empresas y trabajadores/as, es otro descaro más en normalizar la
liberalización de los servicios públicos, algo que jamás debería salir
de la boca de ningún partido político que se autodenomine de
izquierdas, pero que desde este partido no podemos aceptar, menos
aun formando parte del gobierno actual.

Finalmente conocemos el acuerdo que la Mesa de Diálogo Social,
acuerdo que se ha firmado en pleno verano aprovechando el acuerdo
de pensiones y que catalogamos de inaceptable. Hablar de la voluntad
de acortar las bajas de los trabajadores privatizando el servicio con las
mutuas, nos augura que, como ya está ocurriendo con las bajas de larga
duración, donde ya intervienen estas entidades, la clase trabajadora
sufra presiones y diagnósticos que no sean objetivos para la plena
recuperación de dichas lesiones.

La solución para una correcta gestión de la salud de la clase trabajadora
ha de ser que todas esas cotizaciones sean gestionadas y aplicadas por
la Seguridad Social y Sistema Público de Salud, pero jamás por
patronales empresariales que gestionan dinero público con intereses
privados.

Por tanto, desde el Partit Comunista nos posicionamos frontalmente en
contra de este acuerdo ultraliberal, a la vez que pedimos a CCOO y
UGT revertir estas dinámicas que no benefician más que al sector
privado y nunca la los trabajadores y trabajadoras. También exigimos
a Izquierda Unida que marque firmemente las líneas rojas que fijen de
una vez las distancias lógicas que deben separar a una organización
política transformadora del reformismo liberal de PSOE y Sumar.

La sanidad pública se defiende. ¡Viva la sanidad pública!