Desde el Partit Comunista del País Valencià – PCPV condenamos un nuevo asesinato machista, ocurrido esta vez en la localidad valenciana de Benaguasil, donde una mujer de 55 años ha sido asesinada por su pareja, al igual que su hijo de 27 años también asesinado.
Se trata de un nuevo caso que confirma, una vez más, la urgente necesidad de más recursos efectivos y eficaces para actuar contra el machismo y sus violencias. Es urgente una concienciación de los poderes públicos y la toma de decisiones radicales y contundentes, como destinar todos los recursos posibles a erradicar la violencia machista de nuestra sociedad.
Asimismo, nos encontramos nuevamente con otro caso de asesinato y suicidio, lo cual produce un doble efecto perverso: por una parte, al no poder encausarse a ninguna persona, puesto que el homicida se ha suicidado, las víctimas no obtienen justicia (lo que podría constituir el motivo más común de estos suicidios de los victimarios), y por otro lado, existe el riesgo de insensibilización social al diluirse la responsabilidad, ya que no se podrá contar con una declaración de culpabilidad, ni a quién imputar dicha responsabilidad.
Es fundamental cambiar esa percepción social de inevitabilidad e impunidad que, lejos de hacer que se exijan actuaciones contra la violencia machista de forma contundente, ampara los discursos reaccionarios que la niegan.
Los datos nos enseñan tozudamente que estamos muy lejos de la solución a esta forma de violencia que, por sus características, queda demasiadas veces amparada por el silencio.
Necesitamos dotaciones presupuestarias suficientes para apartar a los maltratadores de sus víctimas, para formar al personal necesario para atender a las víctimas sin que sufran una nueva victimización, desde que se presenta una denuncia hasta que el caso es visto en sede judicial; necesitamos suficientes recursos para atajar la violencia machista en el momento en que sea detectada, y para ello, formar a docentes y personal en contacto con la población más joven; es imprescindible que una víctima, haya denunciado o no formalmente, sea acogida por profesionales que la escuchen y le ofrezcan solución a su sufrimiento.
Hasta el momento, las políticas públicas de igualdad y contra las violencias machistas siguen siendo insuficientes e ineficaces para frenar esta sangría contra más del 50% de la población. Todo ello acrecentado por la violencia institucional y la ejercida por la judicatura patriarcal.
Organizadas y movilizadas exigimos responsabilidades políticas e implicación social para erradicar todo tipo de violencias contra las mujeres por el mero hecho de serlo.
¡NOS QUEREMOS VIVAS!