Nuestra Constitución reconoce la protección de la salud como un derecho y para hacer efectivo este derecho es necesario que exista un sistema sanitario que sea universal, de calidad, gratuito en el momento del uso y público, única manera de que la salud sea un derecho y no una mercancía, como defienden los modelos económicos neoliberales. De esta manera, nuestro sistema público de salud es una eficaz fórmula de redistribución de la riqueza, por lo que este modelo del que nos hemos dotado debe de ser blindado en nuestra legislación para defenderlo de los ataques de las políticas liberales que lo quieren convertir en un negocio.
La base de nuestro sistema de salud es la atención primaria, en la que se resuelven la gran mayoría de los problemas de salud de la población, por lo que debe de ser financiada de forma adecuada (alrededor del 25% del presupuesto sanitario), para que sea posible una correcta dotación personal y material, desarrollando así un modelo menos bio-hospitalocentrista y más centrado en la comunidad y en la prevención que afronte y promocione la salud integral de manera participativa, tanto de las profesionales como de la población y con profesionales sanitarios que desarrollen su actividad en unas condiciones de trabajo adecuadas, evitando la precariedad (contratos de trabajo temporales, larguísimas jornadas de laborales, etc.), pues de nada sirve lo anteriormente dicho sino cuidamos a quienes nos cuidan.
Pero si el sistema sanitario es importante en la salud de las personas, lo son aún más los condicionantes socioeconómicos que causan las enfermedades, ya que por mucho que tengamos médic@s, enfermeras, psicólog@s, fisioterapeutas, nutricionistas, farmaceútic@s, etc., si persisten las causas, propias del sistema capitalista, que provocan desigualdad social y económica y que son en muchos casos el origen de las enfermedades mentales, los problemas nutricionales, las enfermedades cardíacas, etc., no conseguiremos una sociedad más sana.
Aunque el día 7 de abril es el Día Mundial de la Salud, realmente todos los días del año deberían de serlo, pues los 365 días del año deberíamos de velar por crear unas condiciones de vida saludables en una sociedad que promocione el bienestar de la población, evitando, en la medida de lo posible, las enfermedades.
En el Día Mundial de la Salud, desde el Partit Comunista del País Valencià - PCPV reiteramos nuestra apuesta por una sanidad pública de calidad y por sus profesionales así como por la lucha por modificar los determinantes sociales y medioambientales que repercuten en la salud de las personas, reduciendo las desigualdades.
